La complejidad es inevitable por cuanto una tasación profesional es un trabajo de responsabilidad, que se debe realizar usando un método, siguiendo un orden, trabando con minuciosidad y ofreciendo una presentación correcta.
La responsabilidad es evidente, porque de una tasación mal hecha se pueden derivar daños materiales y morales a terceros y también para el tasador.
La complejidad es inevitable por cuanto una tasación profesional es un trabajo de responsabilidad, que se debe realizar usando un método, siguiendo un orden, trabando con minuciosidad y ofreciendo una presentación correcta.
Método es un cuerpo doctrinal y práctico que apoyado en pruebas científicas y precios estadísticos de mercado, permite hacer una valoración técnica y objetiva, minimizando las apreciaciones subjetivas.
El orden operacional, siempre el mismo, crea un hábito de trabajo metódico que proporciona seguridad, reduciendo los errores por omisión en la obtención o en la presentación de datos.
La minuciosidad en el trabajo es una virtud y una norma de conducta, conveniente para no pasar por alto detalles que, aún pequeños, pueden ser importantes
Una buena presentación es un broche de oro de una tasación bien hecha. Una documentación mal presentada, incompleta o desordenada, debilita la fuerza de la argumentación, resta credibilidad a los valores atribuidos y ofrecen una mala imagen del tasador.
COMPLEJIDAD es inevitable por cuanto, incluso en la tasación más sencilla, es necesario contestar a las siguientes preguntas:
- ¿QUIEN? Es la identificación del tasador: nombre, titulación, domicilio, CIF, etc
- ¿QUE? Es el objetivo u objetos que se tasan, que han de quedar correctamente identificados, clasificados y valorados.
- ¿CUANDO? Es la fecha de la tasación, importante por cuanto los precios varían con el paso del tiempo.
- ¿DONDE? se refiere a la ciudad y país en cuyo mercado se sitúan, real o supuestamente; ya que un mismo objeto puede alcanzar valores distintos en Atenas, Madrid o Nueva York.
- ¿PARA QUE? Es el motivo o finalidad de la tasación; datos necesarios para establecer el escalón del mercado en el que se hace la valoración, y en su caso, la flecha del intercambio de los bienes.
CONFLICTIVIDAD es una consecuencia inevitable del desacuerdo que, por motivos económicos, se suscita frecuentemente en: Herencias, pagos de seguros, disolución de sociedades civiles o mercantiles y en la liquidación de impuestos.
En todos los casos, el tasador debe evitar el enfrentamiento con la parte contraria y limitarse a una argumentación técnica de valores objetivos y pecuniarios que puedan ser ratificados por observación y documentación.
No obstante, como es inevitable, incluso en la mejor de las tasaciones la persistencia de un cierto porcentaje de apreciación subjetiva, es conveniente que, respetando otros criterios, el tasador declare haberla efectuado «A su mejor saber y entender»
Finalmente la previsible (y nunca deseable) CONFLICTIVIDAD obliga junto con las más elementales normas de conducta ética, a no hacer tasaciones de bienes en los que el tasador esté interesado comercialmente (al tiempo de hacerla o no en el futuro inmediato previsible) y cuando tenga relaciones familiares, o de amistad personal, con algunas de las parte involucradas.